Responsabilidad peruana en tiempos de Covid-19
A la fecha muchas de las actividades económicas se han reactivado, los centros comerciales funcionan con el concepto de solo permitir el 50% de su aforo habitual, los vuelos comerciales, restaurantes y algunas atracciones se han reactivado, esto ha conllevado a que veamos muchas más personas en las calles tratando de llevar una vida normal en comparación del inicio del estado de emergencia. Ante una población que no toma conciencia y viendo casi noticias de crisis y dolor debido a la pandemia.

Sin embargo, en un afán del Gobierno por sacar al país adelante y evitar una inminente crisis económica aprobó por fases la reactivación de diversos sectores económicos. Está medida y lo antes mencionado ha tenido como desencadenante un incremento en la curva de contagiados y fallecidos por el COVID-19.
En la última semana se ha logrado casi 7 mil casos diarios y 200 fallecidos. Se espera que la primera semana de Agosto exista un nuevo pico en la curva y un nuevo récord histórico de contagios para el país. Muchos pueden indicar que se trata de un rebrote pero el brote nunca se detuvo al contrario se ha continuado en ascenso a pesar de los esfuerzos desesperados.

Las empresas tienen la posibilidad de hacer la diferencia siendo muy estrictos a la hora de realizar su gestión de protocolos contra el COVID-19, creando un entorno de seguro y de concientización acerca de todo lo que viene ocurriendo en el país. Y si tienen la posibilidad de hacer que sus empleados y empleadores puedan trabajar desde casa o que eviten exponerse a diario.
¿Cómo deberían hacerlo?
Mediante la desinfección del centro de trabajo, evaluación de la condición de salud del trabajador previo al regreso o reincorporación, constante observación del cumplimiento de lavado y desinfección del trabajador, sensibilización mediante informativos para todo el personal promoviendo que evite salir a otros lugares concurridos que no sean su centro de trabajo o su hogar.
Realizar hincapié en los empleados acerca de las medidas preventivas y consecuencias puede lograr que la curva se frene y más aún si se genera un ambiente laboral solidario y empático que permita que el personal entienda que depende de uno mismo hacer la diferencia para protegernos a nosotros y a nuestra familia.